El término Slow Travel, relacionado con el movimiento Slow Food, nacido en Italia hace veinte años, apuesta por un turismo que vaya marcado por el reloj, por un turismo que destruya el mínimo el medio ambiente y fomente las relaciones con la población local. Slow Travel contrapone a la creciente demanda de paquetes turísticos todo incluido, en los cuales por un precio bajo puedes viajar con el avión a un país lejano, con un hotel que poco tiene que ver con la realidad local y con unas excursiones programadas que te dejan ver en pocos días sólo los lugares de interés turístico.
Viajar sin prisas, disfrutando de las pequeñas cosas que ofrece el lugar de destinación. Saborear la comdia local, perderte en las calles de una ciudad, hablar con la población autóctona y descubrir casualmente la realidad del lugar. La idea de una viaje como este, se parece al de los mochileros, que normalmente cuentan con más tiempo, que aprovechan para fluir en un viaje que se programa día a día.
Les compañías de aviación low-cost y los paquetes turísticos todo incluido, han promovido un incremento generalizado de la salida de turistas tanto a destinaciones “exóticas” como viajes relámpago a ciudades europeas. Viajar es un bien de consumo, y de la mismo forma que no obsesionamos para tener una tele mejor o un armario renovado cada temporada, viajar a un máximo de países se ha convertido en una nueva forma de medir tu status.
Slow Travel, propone hacer tus vacaciones en poblaciones pequeñas dónde es más facil contactar con la gente, viajar con medios alternativos al avión, como el tren o la bici, y escoger la destinación según el tiempo disponible. Slow Travel, propone integrarse en las costumbres del lugar de destinación.
El movimiento Slow defiende la gastronomía, la cultura, lenguas y el paisaje de una zona. Huye de la homogenización marcada por el modo de vida estadounidiense que ha llenado a todos la países de marcas i franquícias, que promueven el fast life. Slow es un modo de vida, que rechaza el frenesí y el estrés imperante en nuestra sociedad y busca la calidad de vida. El movimiento slow ha impulsado la creación de las slow cities. Cittá Slow, es un sello de calidad, que pretende oferir al visitante y también a sus habitantes, extensas zonas verdes y peatonales, una oferta gastronómica de calidad, respeto por la cultura local y la disminución de la contaminación y ruido.